Camino del Pródigo nace del corazón de alguien que también estuvo lejos.
Tras una caída personal, su fundador experimentó el dolor del juicio y el rechazo —no de Dios, sino de quienes debían abrazar. De esa herida, Dios hizo brotar un llamado: crear un espacio donde los pródigos pudieran volver sin miedo, con gracia, y con acompañamiento.
Así nació este ministerio: como una respuesta de gracia, como un puente de regreso para muchos que también han estado lejos. No como una iglesia, sino como un puente a ella, como un espacio seguro donde los pródigos pueden ser escuchados, acompañados y restaurados. Camino del pródigo es un lugar donde se les recuerda que siguen siendo hijos.
Hoy, Camino del Pródigo es una red de personas, iglesias y recursos que creen con todo el corazón que nadie está demasiado lejos para volver. Porque todavía hay muchos que necesitan escuchar:
"Aunque estés lejos, el Padre aún te ve… y te espera con los brazos abiertos.”
Lucas 15:20
