involúcrate

Un mentor es alguien que ha experimentado el corazón del Padre. No es un experto ni un consejero, sino un creyente dispuesto a caminar con humildad junto a otro que regresa.

Muchos de nuestros mentores también han sido pródigos: conocen el peso de la vergüenza, el dolor del juicio… y el poder de la gracia. Por eso aquí tu historia puede ser una herramienta poderosa de gracia y esperanza para otros que están comenzando su regreso.

Un mentor no es un experto, ni un consejero profesional. Es alguien que ha conocido la gracia en carne propia —ya sea porque también estuvo lejos o porque ha aprendido a amar con compasión.

Es un compañero de camino, que escucha sin juzgar, ora en lo secreto, y camina al ritmo del otro, sin apurar ni presionar.

Ser mentor es decir con tu vida:

"Yo también estuve lejos… y sé que el camino de regreso es real. Déjame caminar contigo." 

Este ministerio funciona por personas como tú, que han conocido la gracia que restaura y desean compartirla.

• Ser cristiano maduro, activo en una iglesia local.
• Tener una vida de oración y sensibilidad pastoral.
• Estar dispuesto a dedicar tiempo y escucha.
• Completar una formación inicial con nosotros.
• Firmar un compromiso de gracia y confidencialidad.
• Tener supervisión pastoral o de parte del equipo de Camino del Pródigo

Al postularte como mentor, recibirás una guía que contiene:

• Fundamentos bíblicos del acompañamiento restaurador.
• Principios pastorales y emocionales para caminar con un pródigo.
• El modelo G.R.A.C.I.A., una herramienta para acompañar con sensibilidad, sin juicio y con presencia significativa.
• Recomendaciones prácticas para escuchar, orar, afirmar y sostener en el proceso de regreso.

Llena este formulario y comparte con nosotros tu historia. Buscamos personas, que acompañen, que oren y que estén dispuestas a reflejar el corazón del Padre.

“El que hace volver al pecador del error de su camino, 

salvará su alma de muerte y cubrirá multitud de pecados.” 

(Santiago 5:20)